fases de una reforma integral

¿Cuáles son las fases de una reforma integral?

Las reformas integrales plantean una renovación amplia y profunda del inmueble, englobando una cantidad tal de actuaciones (albañilería, redistribución, instalación de suministros, tramitación de licencias y permisos, etcétera) que más de un propietario puede sentirse abrumado. Para mantener una visión clara del proceso, es importante conocer las diferentes fases de una reforma integral.

De principio a fin: un vistazo a las fases de una reforma integral

Más de 1,8 millones de viviendas recibirán una reforma durante el presente ejercicio, según datos del Observatorio 360, elaborado por la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac). Si estás considerando acometer una reforma integral y desconoces las etapas de este proceso, las siguientes líneas te serán de utilidad:

Fase 1: Obtención de permisos y licencias

En el cronograma de una reforma de vivienda, el primer paso es tramitar la documentación y licencias pertinentes. En general, cualquier rehabilitación que afecte a la estructura del edificio o a elementos en régimen de protección requiere una autorización expresa del Ayuntamiento en cuestión. Dependiendo de su alcance, la licencia será de obra mayor o menor y puede implicar la firma de un arquitecto o arquitecto técnico o un permiso para instalar contenedores o sacos de residuos de construcción y demolición (RCD).

Fase 2: Derribos y eliminación de residuos

Al planificar el paso a paso de una reforma exitosa, se tiende a subestimar la importancia de los descartes: los tabiques, revestimientos, aberturas, mobiliario, etcétera, que habrán de eliminarse. En caso de apostar por una cocina abierta, por ejemplo, deberá suprimirse una parte de la tabiquería y redistribuir el espacio y la disposición de puertas y ventanas.

En esta etapa de una reforma en casa, los derribos se efectuarán de forma controlada, siguiendo los planos técnicos y adoptando las medidas oportunas de seguridad (los apuntalamientos, por ejemplo). También será vital organizar la retirada y transporte de los escombros y otros desperdicios hasta el punto limpio.

Fase 3: Instalación de suministros

Reformar es una oportunidad de oro para mejorar la eficiencia energética de la vivienda. Y para ello, los suministros y las instalaciones especiales han de modernizarse, más aún en un parque inmobiliario tan envejecido como el español.

En concreto, se afrontará la instalación de los sistemas de climatización, electricidad y fontanería, amén de la domótica, las telecomunicaciones, la seguridad y videovigilancia, etcétera. No obstante, algunas instalaciones deberán posponerse hasta que la reforma esté más avanzada. Considerar el timming, o momento adecuado para ejecutar una acción, es clave para saber cómo organizar una reforma en casa.

Fase 4: Albañilería de revestimientos y aberturas

En esta fase se procede a levantar los muros, tender los solados, construir los falsos techos y otras labores de albañilería. Los suelos, techos y paredes sufren una drástica remodelación, y se plantean interrogantes como el grado de aislamiento térmico deseado, las técnicas de insonorización o la elección de los materiales de construcción más sostenibles y beneficiosos para el proyecto.

A resultas de estas obras, puede surgir la necesidad de renovar las aberturas. Si al pavimentar una habitación se ha elevado el nivel del suelo, será preciso reajustar las puertas. Por otra parte, las ventanas con cristal monolítico, sobre todo si carecen de rotura de puente térmico (RPT), deben ser reemplazadas por unidades con doble o triple acristalamiento y un RPT eficaz.

El control y manejo del tiempo es clave en una reforma integral por partes. Por eso ha de tenerse en cuenta que la albañilería es una de las etapas más largas. Solo el alicatado puede requerir hasta una semana por habitación, sin contar los posibles retrasos.

Fase 5: Carpintería y pintura

Finalizados los trabajos de albañilería, el proyecto de reforma integral en una vivienda prosigue con las obras de carpintería, ya sea en forja o en madera. Estas actuaciones incluyen la instalación de cristales, contraventanas, pérgolas, tarimas, muebles empotrados y otras tareas necesarias. En este punto también es oportuno completar el enyesado y las molduras y pintar la casa por dentro, por último.

Fase 6: Mobiliario y decoración

Pese a ser cometidos distintos, la decoración y el amueblamiento se desarrollan en paralelo, por su interdependencia en el plano estético. Es hora de decidir la paleta de colores, los textiles, los estilos y otros pormenores. En esta fase de una reforma se colocan las cortinas y visillos, se organizan los sofás, sillones, mesas y sillas o se distribuyen los apliques y lámparas, entre otras labores destinadas a ornamentar el hogar y ponerle la guinda.

Fase 7: Limpieza y traslado de bienes

El grueso de la reforma ha quedado atrás, y las obras se acercan a su fin. Solo resta trasladar los bienes personas que previamente fueron depositados en un guardamuebles u otro domicilio familiar. Pero antes, se realizará una limpieza en profundidad, eliminando el polvo y la suciedad acumulada en las esquinas, juntas e intersticios.

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